La marihuana ayuda a tratar la Obesidad según la Ciencia

obesidad

La obesidad ha sido reconocida como una epidemia global. En la mayoría de los casos, la obesidad es el producto de un estilo de vida cada vez más sedentario, producido por consumo excesivo de alimentos asequibles, altamente apetitosos y calóricamente densos.

Las décadas pasadas han sido testigo del gran esfuerzo dedicado a la búsqueda de tratamientos efectivos contra la obesidad, sin embargo los resultados obtenidos hasta el momento no han sido satisfactorios.

Un aspecto importante del proceso de desarrollo de nuevos tratamientos farmacológicos para la obesidad se basa en el entendimiento de los procesos psicológicos y fisiológicos que gobiernan el apetito y la regulación del peso corporal.

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Sistema Endocannabinoide

Los descubrimientos recientes referentes a los cannabinoides endógenos han comenzado a esclarecer dichos procesos. Los conocimientos actuales indican que el sistema endocanabinoide parece ejercer un papel clave en las fases apetitiva y consumatoria de la motivación alimentaria, posiblemente mediando las ansias y el placer por las comidas más deseadas que son, generalmente, los alimentos calóricamente más densos. Además, los endocanabinoides parecen modular componentes centrales y periféricos asociados con el metabolismo de las grasas y de la glucosa. Los antagonistas selectivos de los receptores canabinoides han demostrado ser capaces de suprimir la motivación para la ingesta y reducir preferencialmente el consumo de alimentos apetitosos con alto valor energético.

Los sistemas de control del apetito evolucionaron durante cientos de miles de años siempre en presencia de limitaciones en la disponibilidad de alimentos. Esto condujo a una maximización de las oportunidades alimentarias lo que hizo que la especie humana desarrollara una predisposición psicológica a sobre-alimentarse con una marcada preferencia por alimentos calóricamente densos, aceptando una gran variedad de alimentos y desplegando una capacidad aparentemente ilimitada de almacenar el exceso de energía en el tejido adiposo (Kirkham y Williams , 2001).

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Según reportes epidemiológicos recientes la prevalencia de la obesidad ha experimentado un aumento alarmante, lo cual es una fuerte indicación de la necesidad de frenar esta tendencia en la sociedad moderna (Yanovski, Yanovski, 2002). Este artículo se enfoca en una de las familias de neurotransmisores recientemente descubiertas, los canabinoides endógenos y su implicación en los mecanismos fisiológicos normales que inducen apetito y estimulan la ingesta.

En 1990 el descubrimiento de receptores específicos para THC condujo a la revelación de un sistema de neuromoduladores conocido actualmente con el nombre de el sistema endocanabinoide (Matsuda, Lolait, Brownstein, Young, TI, 1990). Este sistema comprende los receptores (CB1 y CB2) (Pertwee R, 1997).

La marihuana posee un amplio espectro de efectos, y dentro de estos esta la tendencia a producir lo que ha sido descrito como un apetito voraz (Abel, 1975). El THC es un estimulante del apetito particularmente potente. Esta propiedad condujo a la aplicación clínica de dicha droga en el tratamiento de la inapetencia observada en pacientes con cáncer y SIDA (Beal, et al, 1995).

La marihuana ayuda a tratar la Obesidad

Vital ha sido el THC, componente de la marihuana, para entender el comportamiento del apetito derivado del sistema endocannabinoide, así la marihuana ayuda a tratar la Obesidad.

Estudios más recientes demostraron que, en animales completamente saciados por consumo voluntario de grandes cantidades de comida apetitosa, el THC fue capaz de inducir efectos estimulantes del apetito particularmente potentes (Williams, Rogers, Kirkham, 1998). Los efectos producidos por el THC tienen un significado especial, ya que refuerzan la noción sobre la capacidad de comer hasta un estado de abundancia excesiva, y un balance energético positivo, y demuestra que el THC posee la capacidad de aumentar la ingesta a un nivel comparable con aquellos modelos privados de alimentos, es decir, es capaz de crear un comportamiento alimentario similar al generado por el ayuno.

Pero también existen antagonistas del sistema cannabinoides, que suprimen la ingesta de alimentos, son el CB1 y el Rimonabant (SR141716).

Los antagonistas CB1 administrados cronicamente suprimen la ingesta de una manera consistente, y consecuentemente, producen pérdida de peso. A pesar de que al cabo de algunas semanas aparece tolerancia a la acción anoréctica de dichas drogas, la reducción de el peso corporal se mantiene, lo cual en parte es una consecuencia dramática de la reducción inicial en la ingesta (Colombo, Agabio, Diaz, Lobina, Reali y Gessa, 1998).

Tomando en cuenta la evidencia acumulada en relación a la participación de los endocanabinoides en la regulación de la ingesta, es sensato considerar que las acciones de inapetencia de los antagonistas CB1 tienen potencial en el tratamiento de la obesidad.

Estos neuromoduladores parecen jugar un papel importante en la orientación del individuo hacia los alimentos aumentando el valor incentivo o saliencia de los mismos. Adicionalmente, la estimulación de los sistemas cannabinoides también produce una activación en los sistemas que median el grado de agrado o placer por los alimentos, tal como el sistema opioide. Estas funciones combinadas sugieren un papel crucial de los endocanabinoides en la estimulación y mantenimiento del apetito especialmente por alimentos agradables. Adicionalmente, un número creciente de datos relaciona a los endocanabinoides con otros componentes del complejo rango de sistemas putativos neurales y hormonales implicados en la regulación de la ingesta y el balance energético. Estos datos están ayudando a desviar el foco de la investigación académica e industrial de las “señales de saciedad” hacia los mecanismos descuidados, pero conductualmente mas importante del hambre, procesos incentivos y reforzamiento orosensorial (relaciones perceptibles por la boca) positivo.

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La obesidad en la sociedad

El problema de la obesidad en las sociedades modernas en el producto de nuestra capacidad de desear y disfrutar alimentos que poseen un atractivo interno derivado de su capacidad de proveer energía. Los procesos evolutivos combinados con cierta “ingenuidad” cultural en la creación de menús apetitivos junto a las presiones de la sociedad moderna conspiran en proveernos con todas las delicias gastronómicas que podamos aspirar. Los descubrimientos descritos anteriormente indican que el sistema endocanabinoide, a través de la mediación potencial de nuestras ansias y placeres por los alimentos es un blanco prometedor (y probablemente muy efectivo) para manipulaciones farmacológicas diseñadas con el fin de controlar los tipos de patrones alimentarios que son menos susceptibles a las terapias actuales. Los antagonistas CB1 suprimen preferencialmente la ingesta de alimentos apetitosos y con más alto contenido calórico. Y adicionalmente, estas drogas parecen ser más efectivas durante la restricción alimentaria. De hecho, los antagonistas CB1 facilitan la reducción de peso al abolir los factores psicológicos más importantes subyacentes en la sobreingesta y obesidad. La posibilidad posterior de que drogas como el Rimonabant (SR141716) pudiese tener también acciones benéficas en el metabolismo graso y de la glucosa provee un espectro terapéutico aún más amplio.

De esta forma, a través de la investigación por los efectos del cannabis, se han podido dilucidar aspectos tan importantes como la regulación del apetito, tanto al suprimirlo como para incentivarlo, cabe destacar que luego de su aprobación para el tratamiento de la obesidad el Rimonabant (SR141716) fue retirado del mercado, en 2009, por aparentes riesgos neurológicos y psiquiátricos, actualmente se realizan pruebas para determinar su real beneficio, y su posible implementación para el tratamiento de la obesidad, de una forma segura.

Ver Citas & Referencias bibliográficas

Este artículo es una síntesis del articulo original de Tucci, & Kirkham, (2004). Relaciones entre el sistema endocanabinoide y apetito: nuevos horizontes en el manejo de la obesidad. Revista Venezolana de Endocrinología y Metabolismo. Disponible en http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1690-31102004000300002&lng=es&tlng=es

Tucci, Sonia A, & Kirkham, Tim C. (2004). Relaciones entre el sistema endocanabinoide y apetito: nuevos horizontes en el manejo de la obesidad. Revista Venezolana de Endocrinología y Metabolismo.

Kirkham T y Williams C. (2001). Endogenous cannabinoids and appetite. Nutr Res Rev ; 14:65-86.

Yanovski S, Yanovski J. (2002). Obesity. N Engl J Med ; 346:591-602.

Matsuda L, Lolait S, Brownstein M, Young A, TI B. (1990). Structure of a cannabinoid receptor and functional expression of the cloned cDNA. Nature ; 346:561-564

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Beal J, Olson R, Laubenstein L, Morales JO, Bellman P, Yangco B, et al. (1995). Dronabinol as a treatment for anorexia associated with weight loss in patients with AIDS. J Pain Symptom Manage ; 10:89-97.

Colombo G, Agabio R, Diaz G, Lobina C, Reali R, Gessa G. (1998). Appetite suppression and weight loss after the cannabinoid antagonist SR 141716. Life Sci; 63:PL113-7.

Williams C, Rogers P, Kirkham T. (1998). Hyperphagia in prefed rats following oral delta9-THC. Physiol Behav; 65:343-346.

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